Las constelaciones familiares con los arcanos del tarot son un método efectivo y directo para poder contemplar nuestras situaciones vitales y relaciones desde una nueva óptica.
Mediante una constelación tarológica, podemos conectar con nuestro inconsciente y observar como vivimos las relaciones con nuestros familiares, amigos o entorno. Con esta observación detenida, nos damos un espacio en el que reflexionar en profundidad sobre el estado de nuestras relaciones, así como qué arquetipos están más activos en nosotros o en las personas de nuestro entorno.
A través de este análisis profundo, seremos capaces de darnos cuenta de qué factores están bloqueando nuestro desarrollo y, al mismo tiempo, conocer qué recursos tenemos o de qué formas alternativas podemos afrontar estas situaciones para poder sentirnos más en paz con ellas.
Lo que diferencia una constelación tarológica de una lectura tradicional es la característica orgánica de la constelación: las cartas están vivas y, a modo de juego simbólico, podemos explorar las infinitas posibilidades que existen en nuestra forma de relacionarnos con los demás. Podemos mover los arcanos, recolocarlos, girarlos, acercarlos o alejarlos,... y, así, a cada nuevo movimiento algo va resonando en nuestro interior. Cada configuración que nace y crece nos despierta sensaciones, emociones y sentimientos acerca de nuestras propias vidas. Así, en contacto con lo más esencial de nosotros mismos y conectados a nuestro inconsciente, permitimos que nuestra sabiduría interior aflore y nos guíe para encontrar la mejor solución a nuestro conflicto.
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